sábado, 4 de junio de 2011

NO a una homogeneidad social y mental

      El ser humano, o mejor dicho su raza, se cree el mejor animal que ha puesto sus pies sobre la tierra. Piensa que goza del poder de razonar. Sin embargo es el animal que además de arruinar el único lugar que tenemos en el universo para vivir, día con día se autodestruye, ya sea por medio de guerras, asesinatos y un sin número de acciones que nos conducen hacia ese camino.
En medio de este afán por ser el mejor en todo, somos capaces de destruir lo que se ponga enfrente con tal de surgir. Dejando de lado -en muchos casos- la conciencia de nuestros errores.

     Nuestra sociedad se rige por una serie de prejuicios ó pautas a seguir, para ser ”aceptado” dentro de los más exclusivos círculos a los que por supuesto es un “honor” entrar. Estos prejuicios no se encuentran escritos en algún libro, no los vas a encontrar en alguna página en internet. El tiempo y el ambiente en que vivas te los irán enseñando. Algunos son meramente físicos, otros son a nivel económico y hay de nivel intelectual por mencionar algunos.

      Pero, ¿Qué pasa con los que han decidido ser diferentes?; los que han roto con todas esas imposiciones. Estos son severamente castigados, discriminados, humillados, rechazados, insultados, hasta en algunas ocasiones acusados de estar locos.
¿Realmente existen palabras o algún término que defina con precisión o tan siquiera se acerque al sentido de estar loco?
Acusaciones como las que recibió el Ingenioso Don Quijote Hidalgo de la Mancha, -creación del ilustre Cervantes-, y como menciona Ricardo Peter en su artículo “El Quijote o la revalorización de la desgracia Humana”, en el que nos dice: “Ahora bien ¿Qué tipo de trastorno o disfuncionalidad padece este potencial paciente? Si como señala Saramago, Don Quijote es alguien que “simplemente tomó la decisión de ser otra persona” 1.

      No por esto estaba loco. Este personaje tan solo defendía a su manera lo que más respetaba. Sus ideales, la justicia, cosas que no encontraba en su mundo, este mundo que lo rodeaba no era lo que él quería vivir, y decidió ser diferente. Crear su propio mundo, el cual se regía por caballeros, gigantes, doncellas, castillos…, quiso crear su propia película, la cual tuviera un final feliz. Donde la justicia reinara en contra de la injusticia, en el cual el respeto, lealtad y honor eran inquebrantables. Sin embargo esto no lo convertía en demente. Tan solo un defensor de lo que para él era lo correcto.

¿Quien tiene el poder de diagnosticar locura?, si ni tan siquiera podemos definir este término “porque no existe “El Modelo”, “la Forma”, en fin “La Verdad” de cómo es o debe ser” 2 una persona cuerda. Lo cual no le da la potestad a nadie de juzgar o acusar a otra persona de no estar “dentro de sus cabales”.

    No hay, ni habrá ningún modelo que enseñe como ser humano, ya que estamos en constante cambio. Este depende de la época en la que se viva, lo que nos rodee, el modo de crianza, y muchos otros factores que definen quienes somos. Lo que conlleva a que no haya una forma concreta de pensamiento.

    Cada persona es un mundo único, especial y diferente. Esta decide como pretende comportarse, ser y razonar. No hay un concepto verdadero que encierre la cordura o su incongruencia, lo que dificulta el señalar o separar una determinada percepción del mundo.
Después de todo “qué sería lo más adecuado para la sociedad en la que hoy vivimos. ¿Qué un individuo realice su “ser” en su “querer ser”? ¿Ó que se realice en lo que algunos consideren que “debería ser”?” 3

     Entonces ¿donde queda la libertad de pensamiento?, ¿Bajo que se guían para dictar paso a paso lo que “debería ser”?. Si así fuera, si hiciéramos lo que “debería ser”, ¿en donde quedaría la diversidad de pensamientos?, ¿acaso no es esto lo más rico e increíble del pensar humano?, lo que nos distinguen entre las multitudes.
    
     No existiría un Don Quijote. Este no habría marcado la historia; tan sólo hubiera sido un viejo cincuentón que pasaría por el mundo sin marcar alguna diferencia, hubiese muerto en su biblioteca rodeado de sus preciados libros, siendo él su propia cárcel. Porque realmente no tuvo el coraje de ser diferente; no tuvo el suficiente carácter para defender su sueño. Aunque fuese excomulgado o acusado de loco endemoniado, se decidió a realizar lo que no “podía ser” y fue feliz mientras pudo.

     Todos tenemos un Don Quijote que nos hace estar locos, “aún las personas cuerdas llevan algo de locos dentro de sí” 4, tan solo está en cada uno dejar o no salir esta parte nuestra. La cual puede ser la variante en nuestra felicidad, si nos atrevemos a romper con esas pautas que se convierten en cadenas mentales, claro está, si tenemos el coraje de enfrentarnos a estas.
Esta dentro de sí el dejar de atarnos a las imposiciones de la sociedad y romper con los esquemas o seguir amarrados por gusto a una homogeneidad social y mental.


Por Melany García Dávila.

1 Ricardo Peter (2006) El Quijote o revalorización de la desgracia humana
Revista de filosofía, números 12 y 13, 2006; pp.202-206.

2 Josu J. Romero Sánchez, La Cultura de la “Locura”.

3Josu J. Romero Sánchez, La Cultura de la “Locura”.

4Ricardo Peter (2006) El Quijote o revalorización de la desgracia humana
Revista de filosofía, números 12 y 13, 2006; pp.202-206.

1 comentario:

  1. Comentas algo sobre Don Quijote que me llama la atención: "hubiese muerto en su biblioteca rodeado de sus preciados libros, siendo él su propia cárcel". Creo que toda nuestra raza corre este riesgo. Y muchos mueren a sus sueños sin ni siquiera intentar cumplirlos. Y tratan de consolarse con una profesión, popularidad, dinero o incluso en muchos casos familia, amor o religión. Si al señor Quijote por "querer ser" alguien que no "debia" dentro de su contexto lo llamaron loco. Creo que hay un cierto sector de locos en la sociedad, "locos soñadores". Y yo estoy entre ellos!

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