domingo, 18 de septiembre de 2011

Adivina quien es!

Son las 5 a.m, apenas logro llegar a mi casa, mi refugio. La puerta rechina a la hora de abrirla, así que disimuladamente procuro no hacer bulla para no despertar a nadie, huele a humedad, la pequeña y pobre sala decorada con muebles ya viejos mohecidos me aguardan  testigos de mi secreto, al entrar lo primero que veo es la foto de mi primera comunión.
Las telas de araña pintan de años y pecado las paredes ya mugrientas de lujuria, guirnaldas bañadas en polvo de navidades pasadas y sueños sin cumplir me rodean.
De frente distingo el rostro de mamá, detrás de la cortina que separa el cuarto del resto, acostada en su catre, al lado de un estante, y su pequeña mesita de noche adornada con un mantelito y una candela, ya desgastada por el tiempo, que ilumina su vaso de pastillas apenas se asoma la luna por la ventana arriba de su camastro. Debajo de su cama se esconde la caja con los recuerdos del quince años que nunca empezó. Bajo la grada que antecede su lecho y llego hasta su cuarto, e inmediatamente viene a mi vista  su máquina de coser que ha dejado de ser el sustento de la casa.
Al salir a la derecha encuentro mi cuarto, cruzo la cortina que sirve de puerta y sobre mi camarote mi hermano menor. Dormido envuelto en cobijas al lado de sus cuadernos y lápices escolares. Veo en mi armario mi uniforme del colegio, detrás de él, yacen mis cuadernos cansados de esperar que retome mis estudios.
Estoy tan cansada, corro a la cocina a ver si hay algo que sacie mi sed. No veo nada en la alacena. Encima de la tabla con patas en función de mesa, encuentro un pedazo de pan ya tieso y una pequeña tajada de queso, tomo un vaso con agua y me dispongo a desayunar. Pensando en lo enferma que está mamá, levanto mis ojos y veo sobre el horno las cuentas sin pagar.
Veo a la izquierda de la cocina de gas el canasto de ropa sucia, que está a punto de desbordarse, detrás se asoma la ventana del patio, y sobre los cables unos cuantos trapos se secan, al lado de la pileta.
A la derecha de la cocina se encuentra el baño, en donde trato de limpiar mis impurezas, con baldes de agua fría y entonces es cuando pienso que en momentos de angustia no pensamos en las consecuencias, y esas eran las que mamá no podía saber, al principio me resigne a pensar que sería algo temporal, solamente para pagar las cuentas más urgentes, pero en medio de pago y pago esta se convirtió en mi vida.
Me encanta estar en mi casa, aunque humilde y pobre, es mi hogar y son los brazos de mamá esperando por mí, esperando que vuelva su niña.

pdta: este era un trabajo para estilo y comunicación de la u. 
Trataba de explicar como ve este personaje X la casa a la hora de llegar pero no se podía decir quien era, por ejemplo como vería un soldado su casa después de llegar de la guerra.
Adivinaste de que personaje se trata?

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